animaros a subir el telón

Cuando me entran ganas de escribir, tengo que hacerlo. Cuatro notas aquí, dos allí, unas frases con mucho dentro que te salen, en fin, que si lo apunto me siento mejor. Lo habitual es que todas esas palabras que anoto se queden en esa servilleta de papel o en ese post-it para otro día. Sin embargo, hay en tardes, porque me pasa más por las tardes, que no hay quien me pare, ni mis dos soles, ni el teléfono, ni eso que tengo que hacer sin falta para mañana.
Dejarse llevar e introducirse en componer algo que se pueda leer después es… un placer. Cuando mi cabeza funciona sola, sin que ni mi corazón se interponga entre las palabras y mis sentimientos, es un momento especial. A veces me hace olvidar, otras, las que más, me hace respirar profundamente.
Escribiendo descubrí que era una perfeccionista (aunque mi amigo Yes siempre me lo dijera), que me emociono con tanta facilidad que en ocasiones debo controlarlo, que mi vida no la puedo meter en una cuadrícula para tomar decisiones, que me gusta querer y a veces sufrir (nunca entenderé eso), que mis sueños nunca se pueden escribir y, sobre todo, que cuanto más leo más sé que tengo que escribir mejor.
No soy ni la primera ni la última persona que escribe sobre el escribir, en el fondo siempre he pensado que escribir sobre el escribir es ayudarte no sólo a saber por qué lo haces sino que, en esencia, a conocerte.Lo mejor (o lo peor, quién sabe) es que los demás también se pueden acercar más, sin olvidar que con el paso de tener un blog, con esa forma de compartir, inicié la aventura que supone subir el telón a una parte de mí, oculta y reservada, ahora destapada para que fluya parte de mi ser en la Red.
Está bien recordar que mucho de lo que llamamos humano lo encontramos compartiendo, y si divagar, escribir, en fin, sentir, sirve para eso, concluyo en que escribiendo me siento más humana.
No sé si servirá para animaros, pero os aseguro que es muy recomendable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito vicen. un beso angelita