calor transparente



Cuando me siento seca por dentro, seca de imágenes para soñar, sin ganas de conocer lo  que me oprime… todo está afuera y yo no lo consigo tocar.
Dejando pasar días y días con el tan maldecido abandono, no llegaré a ningún sitio.
El ánimo viene y se va enseguida, me enseña su mano haciendo sonar las medallitas que cuelgan de su pulsera para, primero en guiño y luego en burla, dejarme a mi suerte.
Todo llega, todo llegará, todo llegó otras veces, ¿qué pasa ahora, por qué no llega?
Desesperanza, aturdimiento, un ahogo y otro qué más da.
Mientras escuchaba las arpas de mis ángeles, he parado el instante y me he tocado sin sentir mi piel.  Entonces descubro con temor que lo que no deja moverme me envuelve. Su camuflaje transparente oculta su presencia. Miro bien y me veo apretada dentro de muchas capas de celofán brillante. Fría y distante de todo, cuanto más intento moverme, más inmóvil estoy. Y si presionando persisto en romperlo, más me ata.

Pienso, me concentro en una solución como excusa para olvidarme del agobio que siento.
Cierro los ojos y respiro el perfume de las hadas que me susurran un roró para que no llore. Me abandono en el tiempo y con el vértigo avanzo hacia arriba mientras lo que me envolvía se convierte en una larga falda de tules malvas que revolotea  alrededor  mío, mientras floto encima de aquella nube con forma de calamar gigante que descubrimos juntos.
El calor es la solución, concluyo para seguir pensando ahora con los ojos abiertos, segura de que podrá llegar si me relajo mientras me abrazan.
La verdad es que el calor deshará y… deshizo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que lástima que no estés donde te mereces que debería ser, defendiendo a tu pueblo!. Así como expresas tus sentimientos en estos relatos, se palpa tu forma de ser.
Es solo mi opinión, pero veo sentimientos y verdades que se te pasan por el pensamiento y que pocos se atreven a decir, en una sociedad hipócrita y corrupta como es la que hay.
El día que publicaste esto, murió mi padre de cáncer y parece que esté escrito a propósito, por el vacío que me dejó. Era un gran admirador tuyo.
Y yo por la parte que me toca, también lo seré.
En este mundo deberían haber políticos con más corazón, como tú y con menos maldad como es lo que hay.
Me llamo Maria Tarruella González y nací y vivo en Villena.
Y yo,

vita tortosa dijo...

Muchas gracias, María!!