algunos papeles grises imprescindibles

Quiero tomar prestadas unas palabras para expresar que aunque tenga total convencimiento en que no se necesitan papeles grises para amar, algunos papeles son imprescindibles.
Hace algunos días, le daba las gracias en Facebook a Pedro Zerolo por aportar su trabajo en conseguir una sociedad más justa. Le contaba cómo me emocioné hace varios años en una inolvidable tarde cuando tuve la ocasión de celebrar los dos primeros matrimonios civiles entre parejas del mismo sexo en mi Ayuntamiento.
Todo salió según el guión que nos establecimos, unas pautas que intentamos adaptar un poco porque eran dos las parejas que querían contraer matrimonio en la misma ceremonia y por mi parte se requería cierta atención con respecto a los nombres, ya que eran cuatro chicos y si me confundía podía montar un buen lío.
La verdad es que ya en el contacto previo para ultimar detalles con una de las parejas y, sobre todo, para conocernos un poco y que no nos impresionáramos mutuamente el día X, todo fue entrañable. En el rato que estuvimos charlando y comentando momentos de su recorrido en común, me transmitieron esa alegría que da saber que vas a formar parte de un momento importante de unas personas, y que esos instantes son los que valen verdaderamente la pena cuando tienes que asumir responsabilidades, en mi caso políticas, no llenas de situaciones tan gratificantes como nos gustaría.
Los días pasaban y no había forma de terminar el discurso que tenía que ofrecer como bienvenida y felicitación anticipada, además sentía en mi interior una emoción tan grande por lo que íbamos a celebrar que me amontonaba saber que una respiración más profunda de vez en cuando no sería suficiente para no dejar escapar alguna lágrima de satisfacción.
El Palacio Municipal de mi ciudad es muy antiguo, casi quinientos años, y su Salón de Plenos ha vivido en primera línea muchos acontecimientos que durante estos cinco siglos han marcado la historia tanto de mi ciudad como de sus gentes.
El empujón que en esa tarde le dimos a la historia… ya no hay quien lo pare.
Cuando ambas parejas se alzaron con los papeles una vez firmados, no pude resistir sentirme completa.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso refleja tu sensibilidad y humanidad.